/ Cap anterior...
Mamá: (tu nombre)… - habla seriamente – ven aquí.
Rogué a todos mis santos porque no lo notara…
Mamá: a mí no me engañas, ¡se te ha olvidado algo! /
……….
Yo: pero no me grites…
Mamá: ¡¿y cómo no quieres que te grite, si debes usar tus
anteojos?!
Abrí los ojos como dos faroles.
Yo: ¿mis… anteojos?
Mamá: siii, ¿o quieres que te aumente la medida? Sin gafas
no ves nada… bueno, casi nada.
Yo: cierto… pero estoy bien
- sonreí – gracias por preocuparte… yo me voy a dormir, y me pondré las
gafas – reí – gracias…
Me sentía extraña siendo tan… ajena con mamá. Porque siempre
le cuento todo lo que me sucede y no
decirle algo tan serio como que se me perdieron mis anotaciones, me hacía
sentir mal.
Pero ya las recuperaría… si es que Bill no se va a Alemania,
RAYOS.
Entré a mi habitación, cerré la puerta con seguro y me lancé
a la cama.
Cogí mis gafas, me las puse y me encargué de tener la
aplicación en el celular.
Yo: listo… ahora… Ay Dios! ¿cómo lo escribo?... ok, Bill
Kaulitz, devuélveme mis libretas y la cartuchera… no, no “por favor, Bill….”
No, no, él se llevó mis cosas, por favor no! ok… “Bill, ¿por casualidad tienes
un par de agendas y una cartuchera? La dueña los está buscando con urgencia…”
ok, tal vez funcione…
Estuve a punto de publicar el mensaje, cuando una llamada
entró al celular.
Yo: ¿ahora qué?!
Era un número desconocido.
Contesté.
Yo: hola…
Xxx: ¿eres (tu nombre) Addams?
¡Ay, Julia!
Yo: sí… - preocupada - ¿por qué?
Xxx (hablando con otra persona): ya, habla tú…
Yo: ¿disculpe?... ¿Qué sucede?
Se escuchó como si pasaran el teléfono a otra persona.
XxX: hola, (tu nombre)…
Esa voz…
Yo: sí, ¿quién habla?
XxX: soy el… “hombre” del restaurant al que fuiste – me
asusté - ¿me recuerdas? Conversamos en la barra y tú pediste una torta de
chocolate.
¡OMG! Mi corazón latió a mil por hora, iba a gritar y saltar
de un sentimiento extraño, ¡aceptémoslo! De felicidad! Aunque ese desgraciado
tenga mis libretas.
Yo: sí, me acuerdo de ti.
Bill: te olvidaste un par de libretas y una cartuchera en la
mesa, mis compañeros quisieron devolvértela pero ya te habías ido.
Yo: aay – suspiré – gracias a Dios y están en buenas manos.
Bill: sí, de hecho… mi hermano, que es quien la cogió, te
pide que lo disculpes.
Yo: Ok, ok… - molesta.
Por un momento y me estaba olvidando de quiénes eran.
Yo: sólo quisiera recuperarlas, por favor.
Bill: sí, eso… ¿puede ser en el mismo lugar?
Yo: claro.
Bill: ¿cuándo?
Yo: lo más pronto posible.
Bill: bien, creo que a las 10 am estaría bien, ¿mañana?
Yo: ya, mañana.
Bill: en la misma mesa.
Yo: ok.
Bill: listo, entonces nos vemos, cuídate y por favor, no
tardes.
Yo: ajá…
Colgué.
“no tardes” ¡pero si él se llevó mis agendas!
¡¡¡Ay!!! Bill me devolverá mis agendas, ¡porque él las
tiene! Reí, estuve emocionada.
Miré la pantalla del celular, había quedado pendiente el
mensaje. Lo borré y me dediqué a hacer otras cosas además de revisar la app.
Mañana veré a Bill… sí, en la mañana… a las 10, ¡¿qué
usaré?! Ay, no, no puedo estar pensando en estas cosas… ¡Ayy! Pero me moría, el
chico especial tenía mis agendas, ¡qué emoción! Y me las devolverá…
Ese día casi no pude dormir.
Al día siguiente…
Me desperté sin necesidad de que el despertador sonara o que
mamá llamara. Me estiré dentro de las cobijas y bostecé… “Un momentito más…” me
dije bostezando y cubriéndome la cara con una almohada…
Yo: Ay Dios, hoy veré a Bill… - dije para mí misma.
Me quité la almohada y asustada miré el reloj, pensé que
sería tarde… pero no, eran las 7 y media de la mañana.
Volví a la cama y dormí un poco más.
Una hora después, mamá me llamó, diciéndome que debía tomar
el desayuno.
Yo: okay… ya voy – dije desde dentro.
Me levanté de la cama y la ordené, luego, con la cabeza
hecha un desastre, fui a la cocina.
Mamá: ese cabello – reía.
Yo: no te rías, tú me lo diste… de echo, mi papá… el tiene
la culpa – reí.
Abrí la nevera y saqué frutas, tenía ganas de tomar un jugo.
Mamá: sí – come un pedazo de pan.
Yo: mamá, hoy saldré en la mañana a la Silla Loca.
Mamá: ¿Y qué harás ahí?
Mejor me hubiera quedado callada…
Yo: veré a un par de amigos, conversaremos y veremos los
apuntes que tenemos, blah, blah.
Mamá: aa ok… oye, tu papá llamó.
Yo: ¿así? ¿qué dice? ¿cómo está? – pelando un trozo de
papaya.
Mamá: está bien, llámalo… a él le gustaría mucho escucharte,
al menos pregúntale cómo está.
Yo: ok, lo llamaré después…
Mamá: vendrá el fin de mes.
“mierda” se me calló un pedazo de fruta al suelo, no tanto
por descoordinación, sino por la noticia.
Yo (recogiendo el trocito fui a lavarlo): que bueno…
Mamá: no te oyes tan feliz.
Yo: es un poco raro verlo después de tiempo… no sé.
Mamá: espero que hagas todo lo posible por llevarte bien con
él.
Dejé la fruta a un lado y fui por otras, dejando el
comentario de mamá en el aire. Yo siempre trato de hacer lo mejor para llevarme
con papá, pero él es el que no hace nada o coopera por llevarnos bien.
Mamá: ¿me escuchaste?
Yo: sí – cortando otras frutas y metiéndolas en el vaso de
la licuadora – trataré de hacer lo mejor.
No quise pelear con ella por un tema, que siempre queda
abierto a cualquier comentario.
Mamá: él dice que le das la contra en todo.
Yo: no le doy la contra… a veces sí, otras no… no es nada en
especial.
Mamá: no me gusta verte molesta con él.
Me parece injusto, porque cuando a él le da la regalada gana
de tratarme mal, lo hace. Cuando yo simplemente doy mi opinión en temas
simples, me mira y dice “deberías callarte”. ¿así quiere que le de confianza o
algo parecido?
Yo: A mi tampoco…
Empecé a licuar las frutas, ya quería que la conversación se
terminara… aunque nunca sería así.
Me serví el jugo en un vaso y me senté a comer con mamá.
Gracias al cielo y estoy ocupada toda la semana, ya no había
problema en pasar tiempo con papá… pues no habría tiempo para pasar con él.
Mamá terminó de comer y me pidió que lavara los trastos,
ella iría a casa de una amiga para ponerse de acuerdo en un evento que
organizaba la compañía Wednesday, donde trabaja mamá. Ese evento parecía ser
serio, porque ella se reunía, sacaba cuentas y etc. desde hace casi dos meses
atrás.
Yo: ok, yo hago todo… - seguí comiendo.
Ella fue a alistarse mientras yo me terminaba… mejor dicho,
devoraba casi media torta de piña.
O la de tu sabor favorito :P |
Lo siento, es mi favorito. Antes de
terminármelo, me dije: “mejor guardar torta de piña para mayo”, una frase
adaptada por mi. Es que viviría toda mi vida comiendo pastel o torta de piña,
me encanta, la comería todo el día, la comería a cada segundo.
Mamá (desde su habitación): ¡no te acabes toda la torta de
piña!!!!
Yo (con la boca llena): todavía hay bastanteeeeee – mentira,
había un pequeño pedazo.
Bueno, mamá bajó y se despidió de mi, sin antes echarme una
mirada amenazadora con respecto a mi postre favorito.
Yo: yayaya.
Mamá: después te subes de peso y…
Yo: yayaya, veee, que se te hace tarde… - me levanto y
empiezo a lavar.
Mamá, más tranquila, porque vio que me alejaba de la mesa
(más que todo del pastel), se fue.
Me aseguré que haya salido… y volví a sentarme: ¡al diablo
con “mayo”, recién estamos a medio año!. Unos minutos después terminé el
pastel… lo sé, soy una glotona. Tenía el estómago lleno, casi ni podía pararme…
en serio. Me reí de mi misma… ay dios, lo que no mata engorda… ¡soy inmortal!
Me levanté con algo de pesadez de cuerpo y terminé de
limpiar toda la cocina.
Luego fui a la sala y encendí el televisor… ¡vaya! La
pantalla irradiaba un canal de música antigua, y justo mi canción favorita
estaba iniciando: Stayin Alive de Bee Gees… la que sale en Fiebre de Sábado por
la Noche.
Entonces, con mis pasos de años atrás, me puse a bailar con
la música a coro… Sisí, soy rara, pero me encanta esa canción, tanto como el
pastel de piña…
Yo: “ah, ah
ah ah, staying aliveeeeeeee wuuu” …
El teléfono de casa empezó a sonar.
Moviéndome al ritmo, con pasos funky, fui a contestar.
Yo: hola….
XxX: hola, (tu nombre), soy Bill.
Abrí los ojos como dos platos.
Yo: Hola Bill – sonriendo…ay, qué bueno que está al otro
lado de la línea, no me ve poner mi cara
de tonta - ¿Qué sucede?
Bill: es que, quería saber si podríamos reunirnos en algún
otro lugar, es que… ¿tienes el televisor encendido?
Yo (con la cara roja, ¿escuchará la canción disco?): sí…
Bill: pon el canal de las noticias locales.
Con el teléfono inalámbrico en mano, caminé al mueble frente
a la tv, me senté y cambié de canal. Estaban en el bloque de “Espectáculos”…
Yo (pensando): mierdaaa…
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