martes, 5 de marzo de 2013

Capítulo 10: Salió a dar un paseo...



Mamá estaba sentada en uno de los muebles, ella leía una revista y parecía estar de buen humor, abrí más la puerta y me di cuenta que estaba acompañada de dos mujeres, una de ellas era Florencia (la señora que también tiene una hija Tokita) a la otra no la conocía.
Bueno, estuve a salvo ya que mamá no podía molestarse frente a las “visitas”.
Yo: hola mamá – entré relajadísima, cerrando la puerta a mi paso.
Mamá: hola hija ¿cómo te fue?.
Me acerqué y le di un beso en la mejilla.
Saludé a las dos mujeres.
Vi los apuntes que tenían en la mesa de centro, al parecer hacían cuentas y coordinaban varias cosas.
Mamá: te presento a la presidenta de la sede de Wednesday en la ciudad, Michel Ponce.
Yo: es un gusto… ¿Y qué hacen?
Michel: coordinamos algunas  cosas para los eventos de fin de mes, Daniela, espero que tu hija esté presente eh.
Mamá: claro que sí.
Florencia: (tu nombre), tú como espectador ¿crees que está bien poner una fiesta y un concierto en la misma noche?
Yo: Mejor en noches separadas, y… sería mejor que primero fuera el concierto y luego la fiesta.
Florencia: gracias, (tu nombre).
Yo: bueno, disculpen…
Michel: claro, hasta pronto…
Fui a mi habitación y me eché en mi cama para terminar de leer el libro.
Una hora después ya había terminado, estaba muy cansada y lo único que deseaba era cerrar los ojos y caer en los brazos de Morfeo.

Al día siguiente…
Bill, Tom, Georg y Gustav fueron a la sede de Wednesday a medio día, el objetivo era coordinar su presentación en el evento.
Michel y madre estuvieron coordinando los horarios con el gerente, cuando los chicos llegaron al lugar.
Mamá (a Michel): Mich, ya tenemos lo del día del concierto, iré a arreglar lo de la decoración de la alfombra Wednesday.
Michel: ya – sonriendo.
Mamá se disculpó con los chicos de Tokio Hotel y les indicó que ingresaran a la oficina acompañados de Michel.
Tom miraba extrañado a mi madre.
Gustav: ¿Qué te pasa galán, ahora te gustan las mayorcitas?
Tom: no digas tonteras, Gustav, ¿esa señora… no te recuerda a alguien?
Gustav: eam… no.
Tom: oye Bill… ¿la señora que se fue no te recuerda a alguien?... ¿Bill? Bill!
Bill estaba pensativo, viendo la puerta por la que mi madre había salido unos segundos atrás.
Tom: sí, ¿Verdad?
Bill (saliendo del trance): la mujer que salió, ¿no les parece conocida?
Tom: eso mismo preguntaba yo.
Georg: no, para nada.
Tom: estoy seguro que la he visto antes… la sonrisa, la sonrisa definitivamente.
Bill mira fulminante a Tom.
Tom: deja de mirarme así, entremos ya.
Los cuatro entran a la oficina y Michel les explica el plan que tiene para ellos.
Michel: chicos, gracias por estar aquí presentes… bueno, vayamos al grano… - saca unos documentos – ustedes se presentarán el primer día, la Inauguración de las festividades, la presentación será a eso de las 11 de la mañana, ya lo coordiné con su manager, el está de acuerdo, sólo falta la decisión de ustedes.
Bill: Creo que está bien.
Michel:  y bueno, su presencia aquí es importante, ya que en el cierre de las festividades, la Alfombra Wednesday los desea invitar – entrega una invitación a nombre de Tokio Hotel – de ustedes depende asistir.
Los chicos se miran.
Georg: pero eso sería quedarnos más tiempo del previsto.
Michel: será sólo dos días después del concierto.
Gustav mira a los demás.
Gustav: tendríamos que conversarlo en privado.
Georg: sí… Sra. Ponce, si nos permite…
Michel: claro, de pasada que entrego unos documentos – sonríe amigable - permiso… - sale de la oficina
Los cuatro se hicieron bolita.
Georg: ¿nos quedamos o qué?
Bill: sí, hay que quedarnos – dijo inmediatamente.
Bill no dudó en la opción de quedarse un par de días más… la razón era obvia.
Tom: yo también quiero quedarme.
Gustav: sí, seguro, sólo por (tu nombre)… - murmuró.
Tom dio un pellizco a Gustav.
Gustav: aauch!
Georg: yo también quiero quedarme, será bueno para la banda, tendremos más promoción además de la presentación que daremos.
Gustav: claro… pero invertiremos dos días de vacaciones aquí.
Georg: ajá… pero veo que a algunos – mirando a los gemelos – no les importa eso.
Bill: jajá – sarcástico – si me quedo es por la imagen de la banda, es bueno tener más promoción.
Gustav: Bill, con eso te ganas… nos ganamos paparazis y camarógrafos extra.
Georg: necesitaremos más guarda espaldas, los que trajimos serán pocos.
Tom: eso lo podemos conversar con la Sra. Ponce, ella nos brinda protección y nos quedamos hasta la alfombra Wednesday.
Georg: perfecto.
Tom: entonces, la decisión final es…
Tokio Hotel: nos quedamos!!!!
Y oportunamente, entró Michel a la oficina.
Michel: disculpen que los haya interrumpido…
Tom: no se preocupe, ya tomamos una decisión.
Michel: ideal ¿cuál es?
Tom: nos quedaremos para la alfombra Wednesday.
Los chicos se levantaron de sus lugares.
Michel: qué bueno que lo hayan decidido así – les da la mano a cada uno – les enviaré las credenciales con las que podrán entrar a cualquier evento sin problemas.
Tom: Gracias…
Michel: pueden ir a descansar, chicos.
Los chicos fueron al estacionamiento y subieron a la camioneta.
Georg: quiero ir a comer una hamburguesa.
Tom: Georg, en el hotel puedes comer tu hamburguesa.
Georg: quiero una de McDonald’s
Tom: Ush, yo quiero descansar.
Georg (habla al chofer): vamos al McDonald’s.
El auto se puso en marcha, mientras Bill miraba distraído por la ventana y Gustav estaba concentrado en seguir el ritmo de una canción de Metallica.


Tom estaba recostado, casi desparramado en el asiento y Georg estaba ansioso por llegar al McDonalds.
Minutos después, la camioneta se detuvo a unos metros de la entrada del restaurant de comida rápida.
Georg: bajaré e iré por mi hamburguesa – camuflándose - ¿quieren que les traiga algo?
En ese momento, Gustav se quitó muy rápido los audífonos.
Gustav: una hamburguesa doble de queso, papitas, NO TE OLVIDES DE LAS CREMAS, sobre todo la mayonesa… eam… ¿Qué mas? Aaah, sí, una porción de pollo frito.
Georg (sarcástico): ¿Y de postre?
Gustav: helado del sabor que haya – sonríe – gracias.


Georg iba a cerrar la puerta…
Bill: espera – lo detiene – bajaré también – camuflándose.
Georg: bueno…
Bill y Georg entran al McDonalds y van a pedir sus alimentos, pero en la cabeza del gemelo menor no estaba quedarse a oler las papas fritas del McDonalds, sino…
Bill: Georg, iré a dar un paseo y regresaré al hotel yo mismo.
Georg: ¡¡¿Qué?!!
Bill lo calla con un “sshh”.
Georg: pero no tienes guarda-espaldas, ¿Estás seguro?
Bill (sacando valentía desde el fondo de su ser): sí.
Georg: pe-pe-pero.
Bill: Ay Georg, ya no molestes, tal vez no llegue a almorzar ¿sí?
Georg: ajá…
Bill: una última cosa… ¿a qué hora se fue (tu nombre) del hotel, a-ayer?
Georg abre los ojos sorprendido.
Bill: ya lo sé, no creas que soy tonto.
Georg: ella… - lo mira serio – ella no se fue Bill, pasó la noche con Tom.
Bill (abriendo sus ojazos cafés): ¡¿QUÉ?!
Georg (ríe): es broma, se fue a las 8 y media creo.
Bill (sonríe aliviado): gracias – se va rápidamente.
Georg: espera, ¿a dónde…? – se queda con las palabras en la boca - ¿para qué pregunto? Si ya sé a dónde irá o con QUIÉN se irá – ríe – ay Bill.
Entonces Georg se quedó en el McDonalds, y Bill, con sumo cuidado sale cubriéndose y logrando que ni Tom o Gustav o el chofer lo vieran irse.
Bill (pensando): okay, esta ciudad no puede ser más grande que New York, no voy a perderme… además… ¿dónde estoy? – se acerca a un policía de tránsito y trata de hablar en español – señor, ¿dónde estoy?
El policía le da el nombre de la ciudad.
Bill: sí, pero ¿el centro está lejos?
Policía: a cinco calles de aquí, vaya de frente cuatro esquinas, luego doble a la izquierda y verá varias tiendas y establecimientos, siga de frente y estará justo en el centro – sonríe.
Bill: okay, gracias…
Bill siguió las indicaciones del policía y caminó lo justo.
Cuando Georg regresó a la camioneta, sin Bill…
Tom: ¿y Bill?
Georg: dijo que iría a dar una vuelta a la manzana… toma.
Gustav (Se quita los audífonos): gracias… - sacando las papitas - ¿Y Bill?
Georg: fue a dar un paseo.
Tom: ¿A dónde?
Georg: no sé, no me dijo.
Tom: ¿sin guarda espaldas? – se pregunta a sí mismo.
Georg: sí, pero estará bien, si se mete en problemas no dudará en llamarnos.
Tom: ajá, ¿y te dijo a qué hora regresaría?
Georg: no, pero dijo que no llegará para el almuerzo.
Gustav: oh…
Tom (poniéndose audífonos y subiendo el volumen al máximo): bueno, él sabe lo que hace, ya es mayor… vamos al hotel – dice al chofer.
La camioneta se puso en marcha, y los G’s se miraban en un tipo de conversación telepática, masticando sus hamburguesas.
Así como los twins podían entenderse sin necesidad de palabras, los G’s también habían desarrollado un tipo de poder…
Gustav: Georg, TU, YO, SABER lo que sucede.
Georg: sí, Gustav… tu ¿TENER mayonesa?
Gustav: YO decirte que trajeras MÁS.
Georg: YO olvidarlo…
No era exactamente una conversación telepática, parecían cavernícolas.


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